Somos la Iglesia Catolica

IGLESIA CATOLICA

BIENVENIDOS!!!

Significado:

IGLESIA=Del griego εκκλεσια ekklesia (ecclesia), los autores del N. Testamento designan a la sociedad fundada por Jesucristo

CATOLICA= El término «católico» proviene del griego καθολικός (katholikós), que significa universal.

¿Cómo Sabemos que la Iglesia Católica es la Iglesia que Jesucristo Fundó?

Sabemos por la Promesa de Perpetuidad hecha por la Verdad Misma (Juan 14:6), Jesucristo.
Sabemos que Él fundó solamente Una Iglesia, como lo dijo en Mateo 16:18.
Sabemos que Él prometió que Su Iglesia sería fundada desde dentro y desde fuera. "Y las puertas del infierno NO prevalecerán contra ella." Mateo 16:18
Sabemos porque Él prometió estar con Su Iglesia hasta el fin del mundo, en Mateo 28:20
Sabemos porque Él prometió que no nos dejaría huérfanos, en Juan 14:18.
Sabemos porque Él prometió que el Espíritu de Verdad habitaría en ella por siempre, en Juan 14:16.
Sabemos porque San Pablo prometió que la Iglesia estaría con nosotros por siempre. Efesios 3:21.

Invitación al Camino, la Verdad y la Vida:
La Iglesia de Cristo(Mt16,18) defiende la Vida, la Familia, los Valores y su Doctrina. Se exponen Testimonios, temas de Bioetica, Provida, Conversiones y Apologetica.

"Sean Santos, como Yo el Señor, su Dios, es Santo" Lc 19,2

Mas razones en http://home.inreach.com/bstanley/show.htm

martes, 5 de mayo de 2009

Ascension del Señor

Solemnidad de la Ascensión del Señor

Esta solemnidad ha sido trasladado al domingo 7º de Pascua desde su día originario, el jueves de la 6º semana de Pascua, cuando se cumplen los cuarenta días después de la resurrección, conforme al relato de san Lucas en su Evangelio y en los Hechos de los Apóstoles; pero sigue conservando el simbolismo de la cuarentena: como el Pueblo de Dios anduvo cuarenta días en su Éxodo del desierto hasta llegar a la tierra prometida, así Jesús cumple su Éxodo pascual en cuarenta días de apariciones y enseñanzas hasta ir al Padre.
La Ascensión es un momento más del único misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesucristo, y expresa sobre todo la dimensión de exaltación y glorificación de la naturaleza humana de Jesús como contrapunto a la humillación padecida en la pasión, muerte y sepultura. Al contemplar la ascensión de su Señor a la gloria del Padre, los discípulos quedaron asombrados, porque no entendían las Escrituras antes del don del Espíritu, y miraban hacia lo alto.
Intervienen dos hombres vestidos de blanco, es una teofanía, la misma de los dos hombres que Lucas describe en el sepulcro (24,4). En ellos la Iglesia Madre judeo-cristiana veía acertadamente la forma simbólica de la divina presencia del Padre, que son Cristo y el Espíritu. Las palabras de los dos hombres son fundamentales: Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, volverá como le habéis visto marcharse (Hechos 1,11).
En un exceso de amor semejante al que le llevó al sacrificio, el Señor volverá para tomar a los suyos y para estar con ellos para siempre; y se mostrará como imagen perfecta de Dios, como icono transformante por obra del Espíritu, para volvernos semejantes a él, para contemplarlo tal como él es (1 Juan 3,1-12). Contemplando en la liturgia el icono del Señor - sobre todo en la Eucaristía - intuimos el rostro de Dios tal como es y como lo veremos eternamente.
Y lo invocamos para que venga ahora y siempre. En el relato de este misterio según el Evangelio de san Mateo (28,19-20), el Señor envía a los discípulos a proclamar y a realizar la salvación, según el triple ministerio de la Iglesia: pastoral, litúrgico y magisterial: Id y haced discípulos de todos los pueblos (por el anuncio profético y el gobierno pastoral, formando y desarrollando la vida de la Iglesia), bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo (aplicándoles la salvación, introduciendo sacramentalmente en la Iglesia); y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado (mediante el magisterio apostólico y la vida en la caridad, el gran mandato).
Se está cumpliendo el plan de Dios, y la salvación, anunciada primero a Israel, es proclamada a todos los pueblos. En esta obra de conversión universal, por larga y laboriosa que pueda ser, el Resucitado estará vivo y operante en medio de los suyos: Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. La lectura apostólica que propone la Iglesia interpreta perfectamente el acontecimiento de la Ascensión del Señor, adentrándonos en el misterio del ingreso del resucitado en el santuario celeste. Ahora podemos decir con el canto del Santo que los cielos y la tierra están llenos de la gloria de Dios (En Isaías 6,3 sólo se nombraba a la tierra).
Ahora, con la ascensión de la humanidad del Hijo de Dios, conmemorada en el misterio litúrgico, sobre la que reposa la gloria del Padre, adorada por los ángeles, también nosotros somos unidos por la gracia a esta alabanza eterna, en el cielo y en la tierra. Estamos en el penúltimo momento del misterio pascual, antes de la donación del Espíritu Santo al cumplirse los días de la cincuentena, el Pentecostés. Las oraciones de esta solemnidad piden que permanezcamos fieles a la doble condición de la vida cristiana, orientada simultáneamente a las realidades temporales y a las eternas.
Esta es la vida en la Iglesia , comprometida en la acción y constante en la contemplación. Porque Cristo, levantado en alto sobre la tierra, atrajo hacia sí a todos los hombres; resucitando de entre los muertos envió a su Espíritu vivificador sobre sus discípulos y por él constituyó a su Cuerpo que es la Iglesia, como sacramento universal de salvación; estando sentado a la derecha del Padre, sin cesar actúa en el mundo para conducir a los hombres a su Iglesia y por Ella unirlos a sí más estrechamente y, alimentándolos con su propio Cuerpo y Sangre, hacerlos partícipes de su vida gloriosa.
Instruidos por la fe acerca del sentido de nuestra vida temporal, al mismo tiempo, con la esperanza de los bienes futuros, llevamos a cabo la obra que el Padre nos ha confiado en el mundo y labramos nuestra salvación (Vaticano II, Lumen gentium 48).

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"Así pues, todo el que oiga estas Palabras Mías y las ponga en práctica, SERÁ COMO EL HOMBRE PRUDENTE QUE EDIFICO SU CASA SOBRE ROCA: CAYO LA LLUVIA, VINIERON LOS TORRENTES, SOPLARON LOS VIENTOS, Y ENVISTIERON CONTRA AQUELLA CASA; PERO ELLA NO CAYO, PORQUE ESTABA CIMENTADA SOBRE ROCA." Mateo 7:24-25 Por casi 2000 años las lluvias y los vientos de enemigos y herejías han ciertamente azotado contra la Iglesia que Cristo fundó. Sin embargo, Su Iglesia está firmemente anclada en Roca y ha soportado la peor de estas Tormentas.
"Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARE YO MI IGLESIA..." Mateo 16:18

En Mateo 16:18, está correcto decir que Jesús habría dicho "Tú eres 'Kepha', y sobre esta 'Kepha' construiré Mi Iglesia." En Griego, se traduciría como: "Tú eres 'Petros' y sobre esta 'Petra' construiré Mi Iglesia." Fue la traducción de la palabra Aramea "Kepha" (Cefas) al idioma Griego lo que causó la confusión entre algunos que miran a Pedro como que no fue llamado "roca", sino una "piedrecilla", intentando con esto negar su Primacía. Mateo 16:13, 18, Juan 1:42, 1Corintios 1:12, 3:22, 9:5, 15:5, Gálatas 2:8-9.

Ignacio de Antioquía,Padre Apostólico discípulo del apóstol Juán y Pablo (Saulo de Tarso) recibio la consagracion Episcopal en la Sede de Antioquia de los Santos Apostoles Pedro y Pablo. Da en el año 110 d. de C el testimonio más antiguo de este nombre: "Por doquier aparezca el obispo, ahí esté el pueblo; lo mismo que donde quiera que Jesucristo está también está la Iglesia Católica"(Carta a los Esmirniotas 8:2).
En los tres primeros siglos de la Iglesia los cristianos decían "cristiano es mi nombre, católico mi sobrenombre".