Somos la Iglesia Catolica

IGLESIA CATOLICA

BIENVENIDOS!!!

Significado:

IGLESIA=Del griego εκκλεσια ekklesia (ecclesia), los autores del N. Testamento designan a la sociedad fundada por Jesucristo

CATOLICA= El término «católico» proviene del griego καθολικός (katholikós), que significa universal.

¿Cómo Sabemos que la Iglesia Católica es la Iglesia que Jesucristo Fundó?

Sabemos por la Promesa de Perpetuidad hecha por la Verdad Misma (Juan 14:6), Jesucristo.
Sabemos que Él fundó solamente Una Iglesia, como lo dijo en Mateo 16:18.
Sabemos que Él prometió que Su Iglesia sería fundada desde dentro y desde fuera. "Y las puertas del infierno NO prevalecerán contra ella." Mateo 16:18
Sabemos porque Él prometió estar con Su Iglesia hasta el fin del mundo, en Mateo 28:20
Sabemos porque Él prometió que no nos dejaría huérfanos, en Juan 14:18.
Sabemos porque Él prometió que el Espíritu de Verdad habitaría en ella por siempre, en Juan 14:16.
Sabemos porque San Pablo prometió que la Iglesia estaría con nosotros por siempre. Efesios 3:21.

Invitación al Camino, la Verdad y la Vida:
La Iglesia de Cristo(Mt16,18) defiende la Vida, la Familia, los Valores y su Doctrina. Se exponen Testimonios, temas de Bioetica, Provida, Conversiones y Apologetica.

"Sean Santos, como Yo el Señor, su Dios, es Santo" Lc 19,2

Mas razones en http://home.inreach.com/bstanley/show.htm

martes, 30 de marzo de 2010

INSTRUCCION PASTORAL SOBRE LOS MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE LA SAGRADA COMUNION (Mons. Alejandro Goic)


En nuestra iglesia diocesana existe el servicio de los Ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión: servicio precioso e indispensable, especialmente a los hermanos enfermos.

Me permito presentar esta instrucción con el siguiente esquema:

I.- Eucaristía, centro de la vida de la Iglesia.

II.- Los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión.

1. - Ministros temporales.

2. - Ministros extraordinarios ad actum

III.- Conclusión.


Ruego a todos los sacerdotes seguir estas orientaciones y a los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión tener esta Instrucción consigo para profundizarla y utilizarla, especialmente en la comunión a los hermanos enfermos.



I. EUCARISTIA, CENTRO DE LA VIDA DE LA IGLESIA

El Señor Jesús, "verdadero pan bajado del cielo" (Jn.6, 35), nos ha dejado en el Misterio Eucarístico el Pan de la Vida "para que tengamos vida y la tengamos en abundancia"(Jn.10, 10). Al instituir en la última Cena este admirable sacramento, el Señor nos ordenó comer el pan y beber el cáliz para anunciar así su muerte y resurrección hasta que vuelva(Cf. 1 Cor.11, 26).

El Concilio Vaticano II nos enseña que "no se edifica ninguna comunidad si no tiene como raíz y quicio la celebración de la Sagrada Eucaristía(Presbyterorum Ordinis, 6). La Iglesia hace la Eucaristía, así la Eucaristía construye la Iglesia.

En la Eucaristía nos nutrimos sacramentalmente con los frutos del sacrificio propiciatorio. En la comunión eucarística recibimos pues a Cristo, a Cristo mismo.

Por todo esto, la plena participación en la Eucaristía requiere la comunión sacramental que es parte integrante y vital de la celebración.

Igualmente la Iglesia siempre ha considerado conveniente llevar la comunión a los enfermos, ancianos o impedidos que no pueden hacerse presentes en la celebración.

Quisiera traer a la memoria algunos puntos de mi carta "Celebremos gozosos el encuentro con el Señor". En ella se dice: en la Liturgia, la Iglesia celebra este misterio en el que reconoce y acoge el don gratuito de la salvación, y, por tanto, en el que reconoce su propio origen, su vida y su anuncio: ¡es el Señor!

La Iglesia celebra, y quiere hacerlo en toda la riqueza festiva del término, pues es el encuentro con el Señor Resucitado, es la fiesta del Crucificado que en su resurrección nos da vida. La liturgia es, pues, la celebración festiva de Cristo mismo que celebra con nosotros; es la presencia del Señor Resucitado en su Iglesia la que anima la celebración festiva de la comunidad reunida.

Son muchas las actividades que llenan la vida de la Iglesia: la Liturgia no es nuestra única actividad (S.C.9). Allí está la predicación, la catequesis, la solidaridad con los pobres y marginados, las tareas de promoción y significación de la persona humana, etc. Sin embargo, corno lo ha formulado el Concilio Vaticano II, "la Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana su fuerza" (S. C. 10).

Es en la celebración de la fe donde el pueblo convocado por el Señor vive, en modo particular, en el encuentro personal y comunitario con el Dios de la Vida que nos constituye como su pueblo, nos transforma y nos envía. Al mismo tiempo, toda la actividad de la Iglesia se ordena hacia la glorificación de Dios, la cual tiene su expresión en la alabanza de la celebración litúrgica.

La liturgia, como fiesta de los cristianos con Jesucristo, celebra, por tanto su paso liberador en nuestro hoy, en nuestras vidas, en nuestra historia personal y comunitaria; es pues, la celebración festiva con Aquél que "está haciendo nuevas todas las cosas" (Apoc.21, 5).



II. LOS MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE LA SAGRADA COMUNION

1. - MINISTROS TEMPORALES

Para facilitar más aún el servicio de la Comunión Eucarística está permitido escoger personas idóneas, hombres o mujeres, para que desempeñen por un tiempo determinado este ministerio de distribuir a los fieles el Pan Eucarístico y de llevarlo a los enfermos en sus casas(Cf. Immensae Caritatis, 1).

Las causas que justifican la actuación de un ministro extraordinario de la Sagrada Comunión están señaladas taxativamente en la legislación eclesiástica y son:

a.- Cuando falten el sacerdote, el diácono o el acólito instituido.

b.- Si éstos no pueden distribuir la Sagrada Comunión porque se lo impide otro ministerio pastoral, por enfermedad o por motivo de su avanzada edad.

c.- Si los fieles que desean comulgar son tantos que se prolongaría excesivamente la celebración de la Misa o la distribución de la comunión fuera de la Misa.

d.- Cuando el número de enfermos que deben atender los pastores sea muy numeroso.

La Instrucción Immensae Caritatis indica que el fiel designado ministro extraordinario de la Sagrada Comunión, y debidamente preparado, deberá distinguirse por su vida cristiana, por su fe y buenas costumbres. Se esforzará por ser digno de este nobilísimo encargo, cultivará la devoción a la Sagrada Eucaristía y dará ejemplo a los demás fieles de respeto al Santísimo Sacramento del altar. La edad mínima para ejercer este ministerio será de 30 años cumplidos.

Los candidatos a ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión deben ser presentados por el Párroco respectivo en un número prudente. El Obispo y/o el Vicario General expedirá el certificado que autoriza el desempeño de este servicio, únicamente en la Parroquia para la cual han sido nombrados y por un período de dos años, renovable por una nueva petición del Párroco.

La Vicaria Pastoral a través de los Departamentos de Liturgia y Comunidades se hará responsable de la formación de los candidatos antes de su investidura, según el programa que estos departamentos estimen convenientes. En la Vicaria Pastoral se llevará un libro de registro de los ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión en el cual, además del nombre y de la edad, la Parroquia, se consigne la vigencia de la delegación.

Los ministros extraordinarios, cuando por primera vez sean autorizados, serán presentados a la comunidad parroquias e investidos en una acción litúrgico propia, preferentemente dentro de una celebración Eucarística dominical, presidida por el Obispo y/o Vicario General o su delegado.

Los laicos que desempeñan este ministerio extraordinario deben presentarse decorosamente de acuerdo con su condición de seglar.

Ningún religioso(a)por el hecho de su consagración es ministro extraordinario de la Sagrada Comunión.

2. - MINISTROS EXTRAORDINARIOS AD ACTUM

El sacerdote que tenga cargo pastoral en la Diócesis puede solicitar al Obispo y/o Vicario General autorización para nombrar ministros extraordinarios Ad Actum, de tal manera que cuando el número de comulgantes sea muy numeroso o cuando alguna circunstancia(impedimento físico, edad, etc.)lo requiera, pueda pedir, durante la celebración eucarística, la ayuda de un fiel cristiano conocido, de buenas costumbres y aceptación en la comunidad parroquias, para que colabore en ese momento en la distribución de la Sagrada Comunión.

Mientras haya un número suficiente de acólitos instituidos y de ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión, cada vez menos se necesitará recurrir a este ministerio ad actum.

Al llamar a este servicio ocasional se dará al elegido la bendición prevista en el Misal Romano(pg. 929). La designación de esta persona idónea se hará en el siguiente orden: Religioso, religiosa, alumno del Seminario Mayor, fiel varón o mujer mayores de 30 años(Cf. Immensae Caritatis IV).

Es importante una intervención pedagógica sobre la forma de recibir la comunión, recordando que hay dos modos: en la boca o en la mano.

Sobre este último modo, es importante que el pueblo cristiano sepa recibir el "Cuerpo de Cristo". Ya en el siglo IV, San Cirilo de Jerusalén exhortaba a los cristianos sobre el modo de recibir la comunión.

"Cuando te acerques, no lo hagas con las manos extendidas o los dedos separados, sino haz con la mano izquierda un trono para la derecha, que ha de recibir al Rey; y luego con la palma de la mano forma como un recipiente, recoge el Cuerpo del Señor y di "Amen'. Enseguida, santifica con todo cuidado tus ojos con el contacto del sagrado Cuerpo y consúmelo..." (Catech. Myst. V. 21).

Recibir el Cuerpo de Cristo en la boca o en la mano es un signo que requiere dignidad, nobleza, respeto a la presencia real de Cristo en la Eucaristía.



III.-CONCLUSION

Esperamos que la puesta en práctica de la presente Instrucción ayude favorablemente a fomentar el culto al Santísimo Sacramento y facilite a todos la frecuente recepción de este Pan de Vida y que el memorial de su Muerte y Resurrección acreciente de día en día entre los fieles la vida cristiana y los lleve a dar testimonio de la fe que profesan y celebran en los misterios litúrgicos.



+ Alejandro Goic´ Karmelic´, Obispo de Osorno



Osorno, Julio 1 de 1997

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"Así pues, todo el que oiga estas Palabras Mías y las ponga en práctica, SERÁ COMO EL HOMBRE PRUDENTE QUE EDIFICO SU CASA SOBRE ROCA: CAYO LA LLUVIA, VINIERON LOS TORRENTES, SOPLARON LOS VIENTOS, Y ENVISTIERON CONTRA AQUELLA CASA; PERO ELLA NO CAYO, PORQUE ESTABA CIMENTADA SOBRE ROCA." Mateo 7:24-25 Por casi 2000 años las lluvias y los vientos de enemigos y herejías han ciertamente azotado contra la Iglesia que Cristo fundó. Sin embargo, Su Iglesia está firmemente anclada en Roca y ha soportado la peor de estas Tormentas.
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En Mateo 16:18, está correcto decir que Jesús habría dicho "Tú eres 'Kepha', y sobre esta 'Kepha' construiré Mi Iglesia." En Griego, se traduciría como: "Tú eres 'Petros' y sobre esta 'Petra' construiré Mi Iglesia." Fue la traducción de la palabra Aramea "Kepha" (Cefas) al idioma Griego lo que causó la confusión entre algunos que miran a Pedro como que no fue llamado "roca", sino una "piedrecilla", intentando con esto negar su Primacía. Mateo 16:13, 18, Juan 1:42, 1Corintios 1:12, 3:22, 9:5, 15:5, Gálatas 2:8-9.

Ignacio de Antioquía,Padre Apostólico discípulo del apóstol Juán y Pablo (Saulo de Tarso) recibio la consagracion Episcopal en la Sede de Antioquia de los Santos Apostoles Pedro y Pablo. Da en el año 110 d. de C el testimonio más antiguo de este nombre: "Por doquier aparezca el obispo, ahí esté el pueblo; lo mismo que donde quiera que Jesucristo está también está la Iglesia Católica"(Carta a los Esmirniotas 8:2).
En los tres primeros siglos de la Iglesia los cristianos decían "cristiano es mi nombre, católico mi sobrenombre".