
Transfigurarse para Cristo…
A lo mejor la palabra transfiguración no la entendemos, pero la aceptamos en esa maravillosa manifestación que hace Jesús a sus discípulos más íntimos, tiempo antes de partir a Jerusalén, para cumplir la voluntad de su Padre Dios. La Cuaresma es un llamado a transfigurarnos en Cristo, es decir, identificarnos con Él para irradiarlo en el ambiente donde vivimos. Cristo sufre no sólo camino a la cruz, sino en todo lo que está hoy en dificultad, física o espiritual. Y nosotros, tenemos que ayudarlo a llevar la cruz. Cristo mira a Zaqueo, a la mujer adúltera y no pasa de largo. Nosotros, debemos sensibilizarnos ante el pecador y hay que darle a conocer la Buena Nueva. Cualquier sacrificio que hagamos, va a servir para que la humanidad sea más santa, partiendo en nuestra familia, trabajo, colegio o universidad. La oración personal nos permitirá entender que quiere el Señor de mí, y se traducirá en conductas donde se conjuga el verbo amar. Esta es la mejor forma de transfigurarse para Cristo, quien necesita hombres y mujeres que cambien el mundo de hoy.
Atte.
Padre Jorge
No hay comentarios:
Publicar un comentario