San Martín de Porres
San Martín de Porres es muy popular en toda América. No sólo ejerce el atractivo que han ejercido siempre los sencillos cuando el Señor ha querido glorificarlos, sino que su misma persona constituye todo un símbolo. Nacido en Lima (Perú) como hijo natural de un caballero español y de una mulata en 1579, representa entre los santos a los «coloured men» del Nuevo Mundo, a ese pueblo de gentes de color que se ven dolorosamente humillados por su condición de negros. Era Martín enfermero cuando entró como terciario laico en el convento de Dominicos de Lima, en el que fue recibido a la profesión (1603) siguió ejerciendo su profesión dentro del convento para con sus hermanos. El cuidado que ponía por los enfermos se extendía aun a los animales: perros, gatos, pavos, y aun ratones, eran objeto de su solicitud. A Martín le agradaba el ayuno y la oración: sobre todo el orar de noche, a ejemplo de Jesús. En la oración obtenía grandes luces que hacían maravillosas sus lecciones de catecismo. Su vida entera, oculta y radiante a un mismo tiempo se desarrolló dentro de un mundo lleno de ángeles y demonios en el que Martín conservó siempre una perfecta serenidad. Murió en 1639.
Oremos
Señor, Dios nuestro, que llevaste a San Martín de Porres a la gloria celestial, por medio de una vida escondida y humilde, concédenos seguir de tal manera sus ejemplos, que merezcamos, como él, ser llevados al cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Beato Felipe de Nicosia
Benedicto XVI inscribe en el catálogo de los santos a Felice de Nicosia (1715-1787) se propondrá a la Iglesia universal el ejemplo de este auténtico sabio en las cosas de Dios y de su Espíritu, a pesar de su condición analfabeta. Fray Felice, «comprendió que el secreto de la vida, capaz de abrir y de iluminar cualquier acontecimiento, no consiste en indicar con fuerza a Dios nuestra voluntad, sino en hacer siempre gozosamente la suya» Le permitió ver siempre, en cualquier lugar, y a pesar de todo, a Dios y su amor, particularmente donde es más difícil divisarle». Bautizado con los nombres de Filippo Giacomo, el futuro santo nació en Nicosia (Sicilia) fruto del matrimonio entre Filippo Amoroso y Carmela Pirro el 5 de noviembre de 1715, cuando aún no se había cumplido un mes de la muerte de su padre. Como la mayor parte de los chavales pobres sicilianos de la época, no tuvo oportunidad de ir a la escuela. Sin embargo la proximidad del convento de los Capuchinos le dio la posibilidad de frecuentar su comunidad. «A los 18 años llamó a la puerta del convento para ser acogido como hermano lego», y comenzaron a sucederse las negativas. Pero «él no dejó de repetir muchas veces su petición, no se cansó y no buscó otros caminos», encarnado «una vocación no fácil, probada, madurada, ampliamente ponderada y deseada», recuerda su postulador. Tras una década de espera fue acogido en la Orden de los Frailes Menores Capuchinos con el nombre de Felice de Nicosia, donde permaneció «toda la vida pasando a ser en la ciudad una presencia de espiritualidad enraizada en la población», añade. Fray Felice «atravesaba cada día las calles llamando tanto a los palacios de los ricos, invitándoles a compartir su bienestar, como a las humildes moradas de los pobres para ofrecerles su consuelo en las necesidades diarias», cuenta. Daba siempre las gracias, tanto cuando se le daba algo como si se le rechazaba, diciendo con dulzura: «Sea por amor de Dios». Durante más de cuarenta años ofreció su servicio de mendicante realizando un apostolado itinerante. «Analfabeto, tuvo la ciencia de la caridad y de la humildad», recordó el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, al promulgarse el decreto del milagro atribuido a su intercesión en abril pasado. Con todo, fray Felice no carecía de formación cristiana, apunta la biografía distribuida por la Santa Sede. «Sediento» de la Palabra de Dios, el futuro santo todo lo que no podía aprender leyendo la Escritura lo hacía con la memoria y la firme volunta de nutrir siempre su alma. Por eso se esforzaba por asimilar los pasajes bíblicos y libros que se leían en el refectorio del convento, y aprovechaba toda ocasión de oír predicaciones en las iglesias de Nicosia. Comentando los rasgos de la santidad del hermano lego, su postulador le describe: «Atento sólo a dejarse invadir y llenar por Dios, va inmediatamente al corazón de las cosas, a la raíz de la vida, donde todo se recompone en su armonía original», un proceso que «no requiere mucha ciencia» ni «muchas palabras», sino que «basta la sabiduría esencial del corazón donde habita, habla y actúa el Espíritu Santo». «Sabiduría que fray Felice no sólo conocía, sino que sobre todo vivía. Para él todo existía en Dios, fuente de vida, armonía y paz. Y más allá de Dios verdaderamente no existía ya nada, o nada que contara realmente. En Dios había apostado todo», «su vida fue una vida aparentemente hecha de nada y en cambio capaz de transformar todo en el Todo», añade el padre Tessari. Devoto de Jesús Crucificado, fray Felice contemplaba cada viernes la Pasión y muerte del Señor. Tuvo un culto especial a la Eucaristía. Horas pasaba ante el Sagrario, incluso después de duras jornadas. El hermano lego, quien también veneró con ternura a la Madre de Dios, murió el 31 de mayo de 1787. Fue beatificado por León XIII el 12 de febrero de 1888.
lunes, 3 de noviembre de 2008
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"Así pues, todo el que oiga estas Palabras Mías y las ponga en práctica, SERÁ COMO EL HOMBRE PRUDENTE QUE EDIFICO SU CASA SOBRE ROCA: CAYO LA LLUVIA, VINIERON LOS TORRENTES, SOPLARON LOS VIENTOS, Y ENVISTIERON CONTRA AQUELLA CASA; PERO ELLA NO CAYO, PORQUE ESTABA CIMENTADA SOBRE ROCA." Mateo 7:24-25 Por casi 2000 años las lluvias y los vientos de enemigos y herejías han ciertamente azotado contra la Iglesia que Cristo fundó. Sin embargo, Su Iglesia está firmemente anclada en Roca y ha soportado la peor de estas Tormentas.
"Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARE YO MI IGLESIA..." Mateo 16:18
En Mateo 16:18, está correcto decir que Jesús habría dicho "Tú eres 'Kepha', y sobre esta 'Kepha' construiré Mi Iglesia." En Griego, se traduciría como: "Tú eres 'Petros' y sobre esta 'Petra' construiré Mi Iglesia." Fue la traducción de la palabra Aramea "Kepha" (Cefas) al idioma Griego lo que causó la confusión entre algunos que miran a Pedro como que no fue llamado "roca", sino una "piedrecilla", intentando con esto negar su Primacía. Mateo 16:13, 18, Juan 1:42, 1Corintios 1:12, 3:22, 9:5, 15:5, Gálatas 2:8-9.
Ignacio de Antioquía,Padre Apostólico discípulo del apóstol Juán y Pablo (Saulo de Tarso) recibio la consagracion Episcopal en la Sede de Antioquia de los Santos Apostoles Pedro y Pablo. Da en el año 110 d. de C el testimonio más antiguo de este nombre: "Por doquier aparezca el obispo, ahí esté el pueblo; lo mismo que donde quiera que Jesucristo está también está la Iglesia Católica"(Carta a los Esmirniotas 8:2).
En los tres primeros siglos de la Iglesia los cristianos decían "cristiano es mi nombre, católico mi sobrenombre".
"Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARE YO MI IGLESIA..." Mateo 16:18
En Mateo 16:18, está correcto decir que Jesús habría dicho "Tú eres 'Kepha', y sobre esta 'Kepha' construiré Mi Iglesia." En Griego, se traduciría como: "Tú eres 'Petros' y sobre esta 'Petra' construiré Mi Iglesia." Fue la traducción de la palabra Aramea "Kepha" (Cefas) al idioma Griego lo que causó la confusión entre algunos que miran a Pedro como que no fue llamado "roca", sino una "piedrecilla", intentando con esto negar su Primacía. Mateo 16:13, 18, Juan 1:42, 1Corintios 1:12, 3:22, 9:5, 15:5, Gálatas 2:8-9.
Ignacio de Antioquía,Padre Apostólico discípulo del apóstol Juán y Pablo (Saulo de Tarso) recibio la consagracion Episcopal en la Sede de Antioquia de los Santos Apostoles Pedro y Pablo. Da en el año 110 d. de C el testimonio más antiguo de este nombre: "Por doquier aparezca el obispo, ahí esté el pueblo; lo mismo que donde quiera que Jesucristo está también está la Iglesia Católica"(Carta a los Esmirniotas 8:2).
En los tres primeros siglos de la Iglesia los cristianos decían "cristiano es mi nombre, católico mi sobrenombre".
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